dimarts, de juny 05, 2007

DEBILIDADES. Cap2

DEBILIDADES (5.6.07)

Disclaimer: Harry Potter y su mundo pertenecen a JK Rowling.

Capítulo dos

Miraba al frente, sin mirar nada. En la sala de espera, que aquellas horas de la noche, estaba casi completamente vacía. Harry estaba sentado en una delas incómodas sillas de plástico, con la única compañía de su cigarrillo y de las luces de la ciudad que chispeaban a través de la ventana.

Pero él seguía sin ver nada.

Sólo escuchaba. Escuchaba a las enfermeras ir de habitación en habitación para atender a los enfermos. Escuchaba a los doctores estudiar los análisis que sostenían en esas enormes carpetas metálicas. Escuchaba el susurro de la noche que procedía de la calle. Y seguía escuchando el chirriante pitido que había anunciado que algo iba mal con Hermione.

El cigarrillo se consumía ignorado por su fumador. El café que había conseguido de la máquina ya estaba frío, también olvidado en el suelo, a los pies de Harry.

Una sombra apareció por la puerta. Se detuvo en el umbral para observar detenidamente al joven que estaba sentado en una de las butacas. Su espalda estaba encorvada hacia delante y se apoyaba con los codos sobre sus rodillas, con los hombros caídos. En su cara sólo se leía una emoción: devastación.

Caminó lentamente hacia él, y, suavemente, colocó una mano sobre su hombro. Harry alzó la cara, perdido en sus pensamientos, y tardó un instante en reconocer a la dueña de ese rostro.

“Helen...” exhaló el joven mago al ver a la madre de Hermione. Sus ojos estaban cargados de desesperación, y de remordimiento. Harry se encogió aún más bajo el cálido tacto de la mujer a la que había empezado a considerar una madre. “Lo siento... lo siento...” continuó con la voz entrecortada, y por primera vez desde que lo conociera con doce años, Helen vio las gruesas lágrimas que sus derramaron sus verdes ojos y que rodaron por sus mejillas, dejando a su paso un rastro húmedo y brillante.

“¿Qué ha ocurrido, cariño?” preguntó la mujer a la vez que se acomodaba a su lado. Movió su brazo para rodear la ancha espalda de Harry, tratando de tranquilizarlo a él, y a ella misma.

“Estaba dormitando a su lado... y... y.... de repente unos pitidos empezaron a sonar... No sabía... no sabía lo que eran hasta que me echaron de la habitación.” Su voz hipaba con cada palabra que pronunciaba. Intentó recuperar el aliento que le faltaba y decidió calmarse. No haría ningún bien si Helen se ponía nerviosa también. “Hermione ha sufrido un paro cardíaco. Pero la han estabilizado a tiempo para evitar que el bebé sufriera algún daño irreparable...” Y se detuvo. Se detuvo de nuevo, imaginando lo que sería una vida sin las dos personas más importantes de su existencia. “El bebé está bien.”

“¿Ha venido el médico a decirte algo más?” preguntó Helen. Harry se giró para mirarla fijamente. Después de tantas horas perdido, puso su total atención en algo.

“El medico me ha comunicado que esta noche es crucial. Si Hermione no sufre ningún otro episodio cardíaco, lo más seguro es que pueda recuperarse y que quizá despierte en las próximas horas. Y la niña está estable... pero me han advertido que puede pasar lo peor... Y que en ese caso...” Harry se interrumpió otra vez y enterró su cara, después de quitarse las gafas, húmedas por las lágrimas, entre sus manos. Y empezó a sollozar. “Que en ese caso, debería prepararme para lo peor... porque no saben que...” Harry agitó su cabeza de lado a lado, como si intentara borrar esas últimas palabras. “No saben...”

y Helen perdió la calma después de oír esas palabras. Una semana con las mismas conversaciones con todos los médicos que cuidaban a su hija y a su futura nieta. “No sabemos nada aún,” no dejaban de repetir. “Todos los casos son distintos. Hay perdonas que salen de este estado en pocas horas, algunos están unos días o pocas semanas... Existen pocos casos documentados de pacientes que despiertan después de muchos años en coma. Los que caen en este estado necesitan un tiempo para reiniciar su organismo. Sin embargo, su hija está embarazada, y eso es un factor que cambia muchas cosas. No estamos hablando de una, sino de dos vidas. Sólo nos queda esperar como se desarrolla el feto durante el coma, y si el embarazo llega a su fin, puede que podamos recuperar a su hija... Pero lamento repetir que desconocemos cuál será la evolución de la señorita Granger... Contamos sólo con su fortaleza y las ganas de vivir por su bebé. Lo lamento...”

Helen recordaba ese discurso, con sus puntos y sus comas. La conversación con el médico que atendía a Hermione se había quedado grabada en la mente, como si alguien la hubiera inscrito en piedra dentro de su cabeza.

De nuevo, una sombra apareció en el umbral de la sala de espera, y se detuvo para observar los rostros de dos personas preocupas y próximas al abismo. Dos personas que lloraban por otras dos vidas que, desgraciadamente, pendían de un hilo muy fino. Dio un paso adelante, y vio que la mujer alzaba su mirada para prestarle atención.

“Señor Potter, Señora Granger... Tengo que comunicarles que la señorita Granger ha...”

Notas de la autora: Algunos reviews que me dejasteis, pedían que escribiera una continuación... pues aquí la tenéis. No sé si continuarla o dejarla con la incógnita. ¿Qué queréis que ocurra?
Dejadme vuestros comentarios, que los agradezco mucho.
Saludos, Mery