DE LA ‘A’ A LA ‘Z’ (10.11.07)
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Resumen: Mi vocabulario está compuesto por ti.
Zambullida
Me gusta el mar. Desde pequeño, he tenido cierta fijación por el agua. Por eso, cuando fui lo suficiente mayor para nadar, mis padres me apuntaron a clases de natación en polideportivo de la ciudad. Allí me enseñaron los diferentes estilos: el crol, de espalda, la braza y la mariposa.
A medida que iba haciéndome mayor, me apunté a competiciones locales, de las que salí ganador en alguna ocasión. Me sentía tan bien al notar el agua fluir alrededor de mi cuerpo. Durante aquellos minutos sólo existíamos el agua y yo, compitiendo el uno contra el otro para ver quién sería el ganador.
Me ofrecí para dar algunas clases a los más pequeños y era monitor en la piscina municipal en verano. Muchas veces te veía ahí, junto a mi hermana y tus amigos, pasando un buen rato. No podía apartar los ojos de ti. Siempre tenías un aspecto impecable, con un bañador que no dejaba dudas de que tenías un cuerpo escultural. Una sonrisa juguetona que iluminaba tu rostro cuando algún compañero te salpicaba con agua.
Y así fue como empecé a pensar en ti como el mar.
El mar, una fuerza natural, que lucha contra tormentas, que tiene vida propia en su interior. Que puede estar en total calma para cambiar inesperadamente y volverse bravo. El mar, un elemento tan bello y peligroso a la vez. Como tú.
La primera vez que vi el mar, en una excursión que mi padre nos llevó a la playa, pocos días después de que mamá se fuera para siempre, sentí la necesidad de sumergirme en él y no volver a salir jamás.
La primera vez que te vi, en una tarde de septiembre cuando tenías diez años, sentí que serías una persona importante en nuestras vidas.
Lo más sorprendente fue el día que me di cuenta que necesitaba zambullirme dentro de ti y no salir jamás.
Y es por eso que a veces te confundo con el mar.
Notas de la autora: Me gusta el mar. Lo he visto claro y calmado en el Caribe, con los peces de colores nadando alrededor de tus pies. También lo he visto gris durante una inminente tormenta. Parece pura plata bajo el cielo encapotado. Lo he visto en plena resaca, con las olas que pueden llegar a medir varios metros y traer a la costa los animales más extraños. Lo he visto resplandeciente bajo el sol dorado.
Y hoy, con toda mi alegría y pena a la par, sólo puedo decir que gracias por vuestro apoyo, y que os espero en mi próxima historia. Espero que este experimento os haya gustado y que sigáis leyéndome.
Dejad vuestros comentarios, que animan mucho!!
Saludos, Mery
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Resumen: Mi vocabulario está compuesto por ti.
Zambullida
Me gusta el mar. Desde pequeño, he tenido cierta fijación por el agua. Por eso, cuando fui lo suficiente mayor para nadar, mis padres me apuntaron a clases de natación en polideportivo de la ciudad. Allí me enseñaron los diferentes estilos: el crol, de espalda, la braza y la mariposa.
A medida que iba haciéndome mayor, me apunté a competiciones locales, de las que salí ganador en alguna ocasión. Me sentía tan bien al notar el agua fluir alrededor de mi cuerpo. Durante aquellos minutos sólo existíamos el agua y yo, compitiendo el uno contra el otro para ver quién sería el ganador.
Me ofrecí para dar algunas clases a los más pequeños y era monitor en la piscina municipal en verano. Muchas veces te veía ahí, junto a mi hermana y tus amigos, pasando un buen rato. No podía apartar los ojos de ti. Siempre tenías un aspecto impecable, con un bañador que no dejaba dudas de que tenías un cuerpo escultural. Una sonrisa juguetona que iluminaba tu rostro cuando algún compañero te salpicaba con agua.
Y así fue como empecé a pensar en ti como el mar.
El mar, una fuerza natural, que lucha contra tormentas, que tiene vida propia en su interior. Que puede estar en total calma para cambiar inesperadamente y volverse bravo. El mar, un elemento tan bello y peligroso a la vez. Como tú.
La primera vez que vi el mar, en una excursión que mi padre nos llevó a la playa, pocos días después de que mamá se fuera para siempre, sentí la necesidad de sumergirme en él y no volver a salir jamás.
La primera vez que te vi, en una tarde de septiembre cuando tenías diez años, sentí que serías una persona importante en nuestras vidas.
Lo más sorprendente fue el día que me di cuenta que necesitaba zambullirme dentro de ti y no salir jamás.
Y es por eso que a veces te confundo con el mar.
Notas de la autora: Me gusta el mar. Lo he visto claro y calmado en el Caribe, con los peces de colores nadando alrededor de tus pies. También lo he visto gris durante una inminente tormenta. Parece pura plata bajo el cielo encapotado. Lo he visto en plena resaca, con las olas que pueden llegar a medir varios metros y traer a la costa los animales más extraños. Lo he visto resplandeciente bajo el sol dorado.
Y hoy, con toda mi alegría y pena a la par, sólo puedo decir que gracias por vuestro apoyo, y que os espero en mi próxima historia. Espero que este experimento os haya gustado y que sigáis leyéndome.
Dejad vuestros comentarios, que animan mucho!!
Saludos, Mery