DE LA ‘A’ A LA ‘Z’ (23.10.07)
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Resumen: Mi vocabulario está compuesto por ti.
Inocencia
Habían sido los meses más maravillosos de mi vida, pues los había compartido contigo en plenitud. Nuestros besos eran cálidos, apasionados, electrizantes, increíbles.
Aquella noche, en la que celebrábamos nuestro cuarto mes juntos, te sorprendí con una cena romántica en el jardín de tu casa, con el consentimiento de tu madre, por supuesto. Estábamos los dos solos en la mansión. No había mayordomos ni guardaespaldas. Tú y yo, y la noche.
La cena fue magnífica. Llevabas un vestido negro, ajustado, que resaltaba tu ojos y tu sonrisa. Comimos tu plato favorito, cocinado por un servidor, y bebimos vino blanco. De postre, te di trufas heladas.
Puede que fuera el ambiente romántico que creamos, o puede que fuera la luna llena, o simplemente estábamos embriagados por el vino, pero de repente te tenía en mis brazos, y tus besos sabían a chocolate y a pasión.
Con dificultad, nos dirigimos al interior de tu casa, y con suavidad, me guiaste hasta tu habitación, en la segunda planta, y con una sonrisilla diabólica que aún hoy me provoca los más dulces escalofríos, te desprendiste de tu vestido y dejaste que viera, por primera vez, tu belleza por entero.
Un beso, dos besos, tres besos. Caímos encima de la cama, un revoltijo de sábanas y de extremidades. De calor.
Tu cuerpo se afanaba a tocar el mío.
Tus manos recorrieron cada centímetro de mi piel, despojándome de mi ropa. Yo hice lo mismo contigo, deshaciéndome de las últimas prendas que cubrían tu maravilloso cuerpo.
Y desnudos, bajo los rayos de la luna que se perdían en tu habitación, a oscuras, nos unimos en un baile antiguo, y tan nuevo a la vez.
Te sentí tan prieta entorno a mí, tan caliente. Sentí tu dolor cuando me deshice del último resquicio de inocencia que quedaba en tu interior. Empujé hasta que llegué a estar enfundado completamente por ti.
Y tus lágrimas rodaron por tus mejillas mientras yo susurraba palabras reconfortantes en tu oído. Y tú, en lugar de pedirme que parara, en lugar de decirme cuánto dolía, me alentaste con tus jadeos, exigiéndome con una súplica murmurada que continuara, que te hiciera mía.
Y me moví. Y seguí moviéndome hasta que noté que te acostumbrabas a mí. Y seguí moviéndome hasta que llegamos al clímax.
Y años después, sigo moviéndome dentro de ti todas las noches.
Porque aquella noche no sólo me entregaste tu inocencia, y yo la mía, sino que me entregaste tu corazón, tu alma y tu vida.
Y sigues sabiendo a trufa.
Notas de la autora: En uno de los reviews me dejasteis que escribiera a partir de la palabra Inocencia, y lo mejor de todo es que yo ya la tenía en mi lista! Espero que os haya gustado, porque la verdad es que me ha costado un poco escribir este relato.
Dejad vuestros comentario, y vuestras sugerencias, que ayudan mucho!!
Saludos, Mery
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Resumen: Mi vocabulario está compuesto por ti.
Inocencia
Habían sido los meses más maravillosos de mi vida, pues los había compartido contigo en plenitud. Nuestros besos eran cálidos, apasionados, electrizantes, increíbles.
Aquella noche, en la que celebrábamos nuestro cuarto mes juntos, te sorprendí con una cena romántica en el jardín de tu casa, con el consentimiento de tu madre, por supuesto. Estábamos los dos solos en la mansión. No había mayordomos ni guardaespaldas. Tú y yo, y la noche.
La cena fue magnífica. Llevabas un vestido negro, ajustado, que resaltaba tu ojos y tu sonrisa. Comimos tu plato favorito, cocinado por un servidor, y bebimos vino blanco. De postre, te di trufas heladas.
Puede que fuera el ambiente romántico que creamos, o puede que fuera la luna llena, o simplemente estábamos embriagados por el vino, pero de repente te tenía en mis brazos, y tus besos sabían a chocolate y a pasión.
Con dificultad, nos dirigimos al interior de tu casa, y con suavidad, me guiaste hasta tu habitación, en la segunda planta, y con una sonrisilla diabólica que aún hoy me provoca los más dulces escalofríos, te desprendiste de tu vestido y dejaste que viera, por primera vez, tu belleza por entero.
Un beso, dos besos, tres besos. Caímos encima de la cama, un revoltijo de sábanas y de extremidades. De calor.
Tu cuerpo se afanaba a tocar el mío.
Tus manos recorrieron cada centímetro de mi piel, despojándome de mi ropa. Yo hice lo mismo contigo, deshaciéndome de las últimas prendas que cubrían tu maravilloso cuerpo.
Y desnudos, bajo los rayos de la luna que se perdían en tu habitación, a oscuras, nos unimos en un baile antiguo, y tan nuevo a la vez.
Te sentí tan prieta entorno a mí, tan caliente. Sentí tu dolor cuando me deshice del último resquicio de inocencia que quedaba en tu interior. Empujé hasta que llegué a estar enfundado completamente por ti.
Y tus lágrimas rodaron por tus mejillas mientras yo susurraba palabras reconfortantes en tu oído. Y tú, en lugar de pedirme que parara, en lugar de decirme cuánto dolía, me alentaste con tus jadeos, exigiéndome con una súplica murmurada que continuara, que te hiciera mía.
Y me moví. Y seguí moviéndome hasta que noté que te acostumbrabas a mí. Y seguí moviéndome hasta que llegamos al clímax.
Y años después, sigo moviéndome dentro de ti todas las noches.
Porque aquella noche no sólo me entregaste tu inocencia, y yo la mía, sino que me entregaste tu corazón, tu alma y tu vida.
Y sigues sabiendo a trufa.
Notas de la autora: En uno de los reviews me dejasteis que escribiera a partir de la palabra Inocencia, y lo mejor de todo es que yo ya la tenía en mi lista! Espero que os haya gustado, porque la verdad es que me ha costado un poco escribir este relato.
Dejad vuestros comentario, y vuestras sugerencias, que ayudan mucho!!
Saludos, Mery