INESPERADO... Y PERFECTO (19.7.06)
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Capítulo 6: Una boda de ensueño
La habitación quinientos dos, que Fujitaka y Sakura compartían, estaba llena de mujeres que se estaban arreglando para la boda. Sakura y Tomoyo estaban en el cuarto en que la novia había dormido, rodeadas de maquillaje, complementos para el pelo, zapatos de tacón...
Desde el salón de la habitación se oían los gritos de las damas de honor, que charlaban animadamente con las estilistas que estaban peinándolas y maquillándolas, los comentarios subiendo de tono por momentos.
Tomoyo podía jurar que había escuchado a Nakuru hablando sobre los secretos de su relación con Yukito, explicando con gran detalle interesantes posiciones y las superficies más adecuadas para hacer el amor. Meiling se había unido a la discusión, confesando que ella y Eriol habían conectado muy bien desde que se encontraron en Japón, hasta el punto que no había dudado ni un segundo antes de entregarse a él.
“Eriol ha sido mi primer amante... y no me disgustaría si fuera el último”, había dicho muy contenta. “Es un hombre muy atento, y gentil... le encanta hacerme sentir amada... Sus manos saben exactamente dónde tocar...”
Sakura, que estaba escuchando atentamente la voz de Meiling desde el sillón que había al lado de su cama, mientras se preparaba para arreglarse para la ceremonia, había susurrado a Tomoyo:
“Si lo supiera, Shaoran se subiría por las paredes...”
Las risas habían invadido la habitación durante largo reato, hasta que una peluquera y una maquilladora de la empresa Daidouji, contratadas especialmente para la celebración, entraron en el cuarto para dedicarse a preparar a la novia. Tomoyo no se había marchado, ya que Sakura se lo había pedido, así que empezó ella también a arreglarse.
Ella sería la Dama de Honor de Sakura, y el vestido que habían elegido era de color malva, a diferencia de los vestidos de las otras damas, que eran más oscuros, con un corpiño palabra de honor y una falda larga, que se ajustaba a las caderas y después caía libre hasta los pies.
Al terminar de maquillarse, Tomoyo se puso en manos de la peluquera. Se sentó al lado de Sakura, a la que ahora estaban maquillando. Sakura se giró ligeramente, mirándola con una gran sonrisa.
“Estoy nerviosa”, le dijo sacudiendo rápidamente su cabeza, el brillo de sus ojos iluminando todo el cuarto.
“Es comprensible, Sakura. ¡Hoy te casas!” Tomoyo acercó su mano a la de Sakura, agarrándola con fuerza, para darle ánimos a su mejor amiga.
“¿Sabes de lo que tengo muchas ganas?”, le preguntó Sakura.
“¿De que llegue la noche de bodas?”, bromeó la maquilladora. Las cuatro mujeres se rieron, eliminando un poco la tensión que sentía la novia.
“No sólo eso...”, dijo Sakura con voz cantarina. “¡Tengo ganas de que tú y mi hermano estéis juntos!”, exclamó Sakura, señalando a Tomoyo con el dedo.
“Sakura... Ayer te dije que iba a esperar. Cuando la boda haya finalizado, te prometo que hablaré con él.”, le contestó.
“¿Sólo hablaréis?”, preguntó mientras miraba a Tomoyo de reojo.
Tomoyo había captado el incrédulo tono de voz de Sakura.
“¿Y eso qué significa?”, interrogó Tomoyo, haciendo una seña a la peluquera para que parara de peinarla, girando su cuerpo para mirarla fijamente.
Sakura fingió no saber nada más, pero la cara de Tomoyo reflejaba que no dejaría que ese comentario no tuviera respuesta. Sakura claudicó:
“Anoche se os veía muy cariñosos en el jardín...”
“¡¿Nos viste?!”. Tomoyo se levantó de un salto de la silla, intentando taparse la cara con su manos, pero el movimiento fue evitado por un golpe de la maquilladora, que apartó sus brazos y los puso a cada lado de las caderas de Tomoyo.
Sakura también se levantó, aproximándose a su amiga, abrazándola para que ella se calmara. Tomoyo respondió al abrazó, estrujando a su amiga con todas sus fuerzas.
“Ouch, Tomoyo... eres increíblemente fuerte...”
Tomoyo soltó una carcajada, aún abrazada a Sakura. Las dos se separaron, y se miraron a los ojos. Las manos de Sakura acariciaron los brazos de Tomoyo, confortándola.
“Cuéntame...”, Sakura suplicó juguetona.
Las estilistas miraban interesadas lo que sucedía entre ambas amigas.
“Cuando Shaoran te vino a buscar... me encontré con Touya en las fuentes y... me besó.”
“¿Durante cuántos minutos? Porque Shaoran y yo estuvimos observando un buen rato... y mi hermano no te dejaba marchar...”
“Tu hermano...”, suspiró Tomoyo. “Me está volviendo loca”
Tomoyo volvió a sentarse. La peluquera reinició su tarea, peinando la larga cabellera de la joven. Sakura hizo lo mismo. Ya más tranquila, Tomoyo miró a Sakura a través del espejo y le confesó:
“Me sentí en las nubes... Todo parecía un sueño. El sonido del agua correr, las luces de la fuente creando dibujos y sombras alrededor...”, Tomoyo no contuvo un gemido de placer. “... las manos de Touya acariciándome...”, paró de hablar, y miró a Sakura, dudando si sería correcto contárselo todo.
“¿Qué te acarició?”, preguntó. “Yo sólo vi a mi hermano manoseándote el trasero”, se burló abiertamente, recibiendo un golpetazo en el brazo.
“Para tu información... eso me encantó.”
“Oh, pillina...”
La risa de Sakura contagió a las dos otras chicas, que se pusieron manos a la obra para embellecer a la novia y a la dama de honor.
Antes de ponerse el vestido, Sakura añadió:
“Y espero que, después de esta noche, mi hermano y tú estéis juntos... ¿entendido?”
-----
Una vez la habitación fue abandonada por las damas de honor, ya vestidas con sus trajes, Sakura y Tomoyo esperaban que llegara la hora prevista para ir al templo.
Ninguna de las dos hablaba, sumidas en sus pensamientos.
Unos toques en la puerta, las despertaron del trance. Tomoyo fue la que se levantó del sofá para abrir la puerta, encontrándose con el hombre más apuesto que ella había visto jamás.
Touya parecía contento, y su sonrisa se hizo mayor al ver a Tomoyo, elegantemente vestida con su traje de dama de honor, que la favorecía. Tomoyo le dejo pasar, sus dedos rozándose levemente.
Touya entró en la habitación, y la visión de su hermana, sentada en el sofá, le dejó asombrado.
“Debo reconocer que te ves preciosa, monstruo”, Touya le dijo, caminando hacia ella. Le ofreció su mano para que se levantara, mostrando el bello vestido blanco que Sakura llevaba. Era un modelo muy sencillo, diseñado por la misma Tomoyo. El vestido era largo hasta los pies, de seda, con un corpiño ajustado que resaltaba sus pechos, de tirantes muy finos. Lo más sorprendente del vestido era el escote de pico de su espalda, que le llegaba a la cintura.
Además, Sakura llevaba unos pendientes de brillante y oro blanco que habían pertenecido a su madre, regalo de compromiso de parte de Fujitaka. Y su anillo de prometida.
“Gracias, Touya... aunque te agradecería que hoy no me llamaras monstruo...”, las lágrimas empezaron a caer de sus ojos esmeralda, recorriendo sus mejillas. Touya la miró extasiado: su hermana estaba radiante. Y, sorpresivamente, Sakura se vio envuelta en un abrazo.
A Tomoyo también se le escaparon un par de lágrimas al ver a los dos hermanos juntos de esa manera tan especial. Pensó que, quizá, estaba entrometiéndose en un momento que debía ser privado. Estaba a punto de abandonar la habitación, cuando la masculina voz de Touya la detuvo
“¿Por qué lloras, Tomoyo?”, le preguntó Touya, que seguía abrazándose a su hermana. Sakura alzó el rostro del pecho de su hermano y también la miró, dándose cuenta de que Tomoyo estaba llorando.
“Todo está perfecto... Os dejo a solas para que podáis hablar tranquilamente...”
“No, Tomoyo... ven aquí.”, la interrumpió el hombre, haciéndole un gesto para que se uniera al abrazo. Sakura afirmaba con la cabeza, apoyando la idea de su hermano.
Tomoyo se secó las lágrimas y se acercó a ellos, quienes la abrazaron con fuerza. Las dos chicas estaban cara a cara, las lágrimas trazando su recorrido por sus mejillas, los brazos de Touya rodeando a ambas fuertemente.
Ya más calmadas, Touya las dejó ir, sin antes achuchar un poco más a Sakura.
“Ahora sí que os dejo solos”, anunció Tomoyo, que sin esperar respuesta, abandonó la habitación.
-----
“Estás preciosa”, repitió su hermano.
“Gracias, Touya... ¿Ya no estás molesto porque me case con Shaoran?”
“No”, respondió sinceramente
“Anoche me contó que estuvisteis hablando un rato... pero no quiso decirme...”
“Eso queda entre nosotros dos”, la interrumpió.
“Está bien.” Suspiró. “Oh, Touya... ¡Me caso!”. Sakura empezó a botar por la habitación. Touya no sabía cómo lo hacía, porque el vestido debería de pesar bastante. “Estoy tan feliz”
“Lo sé”, dijo Touya riéndose de ella.
“Y espero que tú lo hagas pronto”
“Sakura...”, le reprimió.
Sakura cogió a su hermano por las mejillas, acercándolo a ella y poniéndolo a su misma altura. Observándolo fijamente le dijo:
“Y si es con Tomoyo, mucho mejor”
Le dio un sonoro beso en la frente y lo dejó ir.
“Te lo ha contado”
“Y lo he visto... Bonito espectáculo el de anoche. Y tú y papá deberíais comprobar que no hay nadie escuchando vuestras conversaciones en privado... Podéis ser muy ruidosos de buena mañana”, le aconsejó risueña. “Ahora vete, encuentra a mi Dama de Honor y dile que vuelva”
-----
“Tomoyo”
Tomoyo se dio la vuelta al oír la voz de Touya a sus espaldas.
“¿Sí?”, preguntó.
“Sakura exige que vuelvas con ella”, le dijo con una sonrisa.
“Claro...”, contestó algo decepcionada. “Te veré en la ceremonia”
“Por supuesto”
Tomoyo se dispuso a marcharse, pero Touya se lo impidió. La había cogido suavemente del brazo.
“Quiero que sepas que... Creo que eres la mujer más bella de la fiesta”
La sonrisa de Tomoyo fue el mejor regalo para él.
“Gracias”, contestó sonrojada.
“Bueno... aparte de Sakura, claro... ella es la novia.”
A Tomoyo se le escapó una carcajada. La joven cerró los ojos y, titubeando, se acercó a Touya.
Levantó su rostro y lo besó.
-----
El templo estaba a rebosar. Todos los invitados esperaban impacientemente a que Sakura apareciera por las puertas del recinto. La novia no se hizo de rogar, porque diez minutos pasaban de la hora prevista apareció del brazo de su padre.
Fujitaka agarraba a su hija dulcemente, llevándola hasta el altar, donde Shaoran la esperaba. Miraba la faz de Sakura, iluminada por la felicidad que sentía al saber que se convertiría en la esposa del único hombre al que había amado.
Los ojos de todas las personas que había en la sala estaban dirigidos a ellos, que veían alegres a la novia. Sus pasos eran suaves pero firmes. Andando sin prisas, pero sin pausas, hasta su futuro.
Fujitaka decidió que era el momento perfecto para cumplimentar a su hija.
“Estás radiante, mi pequeña...”
“¡Papá!”, sollozó Sakura.
“Estoy muy feliz”
“Y yo”, murmuró.
No sabía si era oportuno, pero necesitaba exteriorizarlo. Así que prosiguió.
“A tu hermano también lo veo muy feliz...”
“Ya... eso es porque anoche lo vi besándose con Tomoyo...”, susurró
“¿En serio?”, Fujitaca exclamó sorprendido.
“Mmm... Y parecían estar pasándolo de maravilla...”. Sólo quedaban unos pasos para llegar hasta su futuro marido.
“Ya era hora”, se alegró su padre, que se deshizo del brazo de Sakura para entregárselo a Shaoran. Besó a su hija en la mejilla, quien reía por el comentario de su padre.
‘Me pregunto si a Tomoyo le gustaría que yo la llevara al altar’
Notas de le autora:
El capítulo más corto hasta ahora. Sólo seis páginas. Tampoco quería extenderme mucho. Todo el mundo sabe lo que ocurre en las bodas, así que no quería entretenerme explicando todos los detalles de la ceremonia. Eso no me interesa. Al fin y al cabo, es la historia de Touya y Tomoyo, no de Shaoran y Sakura, la que en este fic importa. Espero que eso no os haya molestado, pero en ningún momento fue mi intención profundizar tanto en SS. De hecho, he escrito demasiado sobre ellos... y de todas las otras parejas.
Llevo unas veinte mil palabras escritas... miles de las cuales no había planeado mecanografiar. Ya llevo alrededor de setenta y cinco páginas escritas, cuando los borradores de la historia entera no sobrepasan de las veintena. Os podéis imaginar lo que quiero decir... Y eso que, al principio, creí que me quedaría corta.
Tenía pensado escribir una historia que no superara las treinta páginas... pero nunca consigo cumplir con mis objetivos. ¿Debo considerar eso como algo positivo o no?
Sólo me quedan unas cosas por añadir:
1. Aquellos que no habéis dejado ningún review, aunque habéis leído todos los capítulos... Id hacia el final de la página y apretad el botoncito que dice: submit review, aunque sea sólo para decir Hola!. Lo poco que os pido...
2. Aquellos que dejáis reviews siempre (y me refiero a algunas personas en particular, espero que sepáis quienes sois), muchas gracias. Siempre que subo un capítulo espero impaciente vuestros reviews, porque me dan ánimos para seguir escribiendo.
3. Aquellos que habéis empezado a leer por este capítulo (no os culpo, yo a veces también lo hago cuando no estoy segura si la historia me va a gustar), volved atrás y leed el primer capítulo. Os aseguro que no os va a defraudar. A menos que esperéis otro tipo de tema. Entonces, lo siento.
4. Aquellos que no habéis leído mi historia (y, por tanto, no podéis estar leyendo esto, precisamente), espero que algún día lo hagáis y que sigáis alguna de las tres indicaciones anteriores.
La historia va avanzando con rapidez, o eso es lo que yo creo. Aunque aún estoy esperando que alguien se ofrezca para ser mi beta... Sobre todo para lo que vendrá a continuación, me gustaría que alguien me diera algunos consejillos y comentara si podría mejorar en algo...
Y lo bueno está a punto de llegar a su fin. Los capítulos siete y ocho están casi terminados, y sólo falta empezar con los dos últimos, que serán más cortos.
Espero ansiosa (muy ansiosa) vuestros (escasos, en cantidad, no en calidad... había que decirlo) comentarios,
Mery
PS: ¿HE DICHO YA QUE ME DEJÉIS ALGÚN REVIEW? - ; )
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Capítulo 6: Una boda de ensueño
La habitación quinientos dos, que Fujitaka y Sakura compartían, estaba llena de mujeres que se estaban arreglando para la boda. Sakura y Tomoyo estaban en el cuarto en que la novia había dormido, rodeadas de maquillaje, complementos para el pelo, zapatos de tacón...
Desde el salón de la habitación se oían los gritos de las damas de honor, que charlaban animadamente con las estilistas que estaban peinándolas y maquillándolas, los comentarios subiendo de tono por momentos.
Tomoyo podía jurar que había escuchado a Nakuru hablando sobre los secretos de su relación con Yukito, explicando con gran detalle interesantes posiciones y las superficies más adecuadas para hacer el amor. Meiling se había unido a la discusión, confesando que ella y Eriol habían conectado muy bien desde que se encontraron en Japón, hasta el punto que no había dudado ni un segundo antes de entregarse a él.
“Eriol ha sido mi primer amante... y no me disgustaría si fuera el último”, había dicho muy contenta. “Es un hombre muy atento, y gentil... le encanta hacerme sentir amada... Sus manos saben exactamente dónde tocar...”
Sakura, que estaba escuchando atentamente la voz de Meiling desde el sillón que había al lado de su cama, mientras se preparaba para arreglarse para la ceremonia, había susurrado a Tomoyo:
“Si lo supiera, Shaoran se subiría por las paredes...”
Las risas habían invadido la habitación durante largo reato, hasta que una peluquera y una maquilladora de la empresa Daidouji, contratadas especialmente para la celebración, entraron en el cuarto para dedicarse a preparar a la novia. Tomoyo no se había marchado, ya que Sakura se lo había pedido, así que empezó ella también a arreglarse.
Ella sería la Dama de Honor de Sakura, y el vestido que habían elegido era de color malva, a diferencia de los vestidos de las otras damas, que eran más oscuros, con un corpiño palabra de honor y una falda larga, que se ajustaba a las caderas y después caía libre hasta los pies.
Al terminar de maquillarse, Tomoyo se puso en manos de la peluquera. Se sentó al lado de Sakura, a la que ahora estaban maquillando. Sakura se giró ligeramente, mirándola con una gran sonrisa.
“Estoy nerviosa”, le dijo sacudiendo rápidamente su cabeza, el brillo de sus ojos iluminando todo el cuarto.
“Es comprensible, Sakura. ¡Hoy te casas!” Tomoyo acercó su mano a la de Sakura, agarrándola con fuerza, para darle ánimos a su mejor amiga.
“¿Sabes de lo que tengo muchas ganas?”, le preguntó Sakura.
“¿De que llegue la noche de bodas?”, bromeó la maquilladora. Las cuatro mujeres se rieron, eliminando un poco la tensión que sentía la novia.
“No sólo eso...”, dijo Sakura con voz cantarina. “¡Tengo ganas de que tú y mi hermano estéis juntos!”, exclamó Sakura, señalando a Tomoyo con el dedo.
“Sakura... Ayer te dije que iba a esperar. Cuando la boda haya finalizado, te prometo que hablaré con él.”, le contestó.
“¿Sólo hablaréis?”, preguntó mientras miraba a Tomoyo de reojo.
Tomoyo había captado el incrédulo tono de voz de Sakura.
“¿Y eso qué significa?”, interrogó Tomoyo, haciendo una seña a la peluquera para que parara de peinarla, girando su cuerpo para mirarla fijamente.
Sakura fingió no saber nada más, pero la cara de Tomoyo reflejaba que no dejaría que ese comentario no tuviera respuesta. Sakura claudicó:
“Anoche se os veía muy cariñosos en el jardín...”
“¡¿Nos viste?!”. Tomoyo se levantó de un salto de la silla, intentando taparse la cara con su manos, pero el movimiento fue evitado por un golpe de la maquilladora, que apartó sus brazos y los puso a cada lado de las caderas de Tomoyo.
Sakura también se levantó, aproximándose a su amiga, abrazándola para que ella se calmara. Tomoyo respondió al abrazó, estrujando a su amiga con todas sus fuerzas.
“Ouch, Tomoyo... eres increíblemente fuerte...”
Tomoyo soltó una carcajada, aún abrazada a Sakura. Las dos se separaron, y se miraron a los ojos. Las manos de Sakura acariciaron los brazos de Tomoyo, confortándola.
“Cuéntame...”, Sakura suplicó juguetona.
Las estilistas miraban interesadas lo que sucedía entre ambas amigas.
“Cuando Shaoran te vino a buscar... me encontré con Touya en las fuentes y... me besó.”
“¿Durante cuántos minutos? Porque Shaoran y yo estuvimos observando un buen rato... y mi hermano no te dejaba marchar...”
“Tu hermano...”, suspiró Tomoyo. “Me está volviendo loca”
Tomoyo volvió a sentarse. La peluquera reinició su tarea, peinando la larga cabellera de la joven. Sakura hizo lo mismo. Ya más tranquila, Tomoyo miró a Sakura a través del espejo y le confesó:
“Me sentí en las nubes... Todo parecía un sueño. El sonido del agua correr, las luces de la fuente creando dibujos y sombras alrededor...”, Tomoyo no contuvo un gemido de placer. “... las manos de Touya acariciándome...”, paró de hablar, y miró a Sakura, dudando si sería correcto contárselo todo.
“¿Qué te acarició?”, preguntó. “Yo sólo vi a mi hermano manoseándote el trasero”, se burló abiertamente, recibiendo un golpetazo en el brazo.
“Para tu información... eso me encantó.”
“Oh, pillina...”
La risa de Sakura contagió a las dos otras chicas, que se pusieron manos a la obra para embellecer a la novia y a la dama de honor.
Antes de ponerse el vestido, Sakura añadió:
“Y espero que, después de esta noche, mi hermano y tú estéis juntos... ¿entendido?”
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Una vez la habitación fue abandonada por las damas de honor, ya vestidas con sus trajes, Sakura y Tomoyo esperaban que llegara la hora prevista para ir al templo.
Ninguna de las dos hablaba, sumidas en sus pensamientos.
Unos toques en la puerta, las despertaron del trance. Tomoyo fue la que se levantó del sofá para abrir la puerta, encontrándose con el hombre más apuesto que ella había visto jamás.
Touya parecía contento, y su sonrisa se hizo mayor al ver a Tomoyo, elegantemente vestida con su traje de dama de honor, que la favorecía. Tomoyo le dejo pasar, sus dedos rozándose levemente.
Touya entró en la habitación, y la visión de su hermana, sentada en el sofá, le dejó asombrado.
“Debo reconocer que te ves preciosa, monstruo”, Touya le dijo, caminando hacia ella. Le ofreció su mano para que se levantara, mostrando el bello vestido blanco que Sakura llevaba. Era un modelo muy sencillo, diseñado por la misma Tomoyo. El vestido era largo hasta los pies, de seda, con un corpiño ajustado que resaltaba sus pechos, de tirantes muy finos. Lo más sorprendente del vestido era el escote de pico de su espalda, que le llegaba a la cintura.
Además, Sakura llevaba unos pendientes de brillante y oro blanco que habían pertenecido a su madre, regalo de compromiso de parte de Fujitaka. Y su anillo de prometida.
“Gracias, Touya... aunque te agradecería que hoy no me llamaras monstruo...”, las lágrimas empezaron a caer de sus ojos esmeralda, recorriendo sus mejillas. Touya la miró extasiado: su hermana estaba radiante. Y, sorpresivamente, Sakura se vio envuelta en un abrazo.
A Tomoyo también se le escaparon un par de lágrimas al ver a los dos hermanos juntos de esa manera tan especial. Pensó que, quizá, estaba entrometiéndose en un momento que debía ser privado. Estaba a punto de abandonar la habitación, cuando la masculina voz de Touya la detuvo
“¿Por qué lloras, Tomoyo?”, le preguntó Touya, que seguía abrazándose a su hermana. Sakura alzó el rostro del pecho de su hermano y también la miró, dándose cuenta de que Tomoyo estaba llorando.
“Todo está perfecto... Os dejo a solas para que podáis hablar tranquilamente...”
“No, Tomoyo... ven aquí.”, la interrumpió el hombre, haciéndole un gesto para que se uniera al abrazo. Sakura afirmaba con la cabeza, apoyando la idea de su hermano.
Tomoyo se secó las lágrimas y se acercó a ellos, quienes la abrazaron con fuerza. Las dos chicas estaban cara a cara, las lágrimas trazando su recorrido por sus mejillas, los brazos de Touya rodeando a ambas fuertemente.
Ya más calmadas, Touya las dejó ir, sin antes achuchar un poco más a Sakura.
“Ahora sí que os dejo solos”, anunció Tomoyo, que sin esperar respuesta, abandonó la habitación.
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“Estás preciosa”, repitió su hermano.
“Gracias, Touya... ¿Ya no estás molesto porque me case con Shaoran?”
“No”, respondió sinceramente
“Anoche me contó que estuvisteis hablando un rato... pero no quiso decirme...”
“Eso queda entre nosotros dos”, la interrumpió.
“Está bien.” Suspiró. “Oh, Touya... ¡Me caso!”. Sakura empezó a botar por la habitación. Touya no sabía cómo lo hacía, porque el vestido debería de pesar bastante. “Estoy tan feliz”
“Lo sé”, dijo Touya riéndose de ella.
“Y espero que tú lo hagas pronto”
“Sakura...”, le reprimió.
Sakura cogió a su hermano por las mejillas, acercándolo a ella y poniéndolo a su misma altura. Observándolo fijamente le dijo:
“Y si es con Tomoyo, mucho mejor”
Le dio un sonoro beso en la frente y lo dejó ir.
“Te lo ha contado”
“Y lo he visto... Bonito espectáculo el de anoche. Y tú y papá deberíais comprobar que no hay nadie escuchando vuestras conversaciones en privado... Podéis ser muy ruidosos de buena mañana”, le aconsejó risueña. “Ahora vete, encuentra a mi Dama de Honor y dile que vuelva”
-----
“Tomoyo”
Tomoyo se dio la vuelta al oír la voz de Touya a sus espaldas.
“¿Sí?”, preguntó.
“Sakura exige que vuelvas con ella”, le dijo con una sonrisa.
“Claro...”, contestó algo decepcionada. “Te veré en la ceremonia”
“Por supuesto”
Tomoyo se dispuso a marcharse, pero Touya se lo impidió. La había cogido suavemente del brazo.
“Quiero que sepas que... Creo que eres la mujer más bella de la fiesta”
La sonrisa de Tomoyo fue el mejor regalo para él.
“Gracias”, contestó sonrojada.
“Bueno... aparte de Sakura, claro... ella es la novia.”
A Tomoyo se le escapó una carcajada. La joven cerró los ojos y, titubeando, se acercó a Touya.
Levantó su rostro y lo besó.
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El templo estaba a rebosar. Todos los invitados esperaban impacientemente a que Sakura apareciera por las puertas del recinto. La novia no se hizo de rogar, porque diez minutos pasaban de la hora prevista apareció del brazo de su padre.
Fujitaka agarraba a su hija dulcemente, llevándola hasta el altar, donde Shaoran la esperaba. Miraba la faz de Sakura, iluminada por la felicidad que sentía al saber que se convertiría en la esposa del único hombre al que había amado.
Los ojos de todas las personas que había en la sala estaban dirigidos a ellos, que veían alegres a la novia. Sus pasos eran suaves pero firmes. Andando sin prisas, pero sin pausas, hasta su futuro.
Fujitaka decidió que era el momento perfecto para cumplimentar a su hija.
“Estás radiante, mi pequeña...”
“¡Papá!”, sollozó Sakura.
“Estoy muy feliz”
“Y yo”, murmuró.
No sabía si era oportuno, pero necesitaba exteriorizarlo. Así que prosiguió.
“A tu hermano también lo veo muy feliz...”
“Ya... eso es porque anoche lo vi besándose con Tomoyo...”, susurró
“¿En serio?”, Fujitaca exclamó sorprendido.
“Mmm... Y parecían estar pasándolo de maravilla...”. Sólo quedaban unos pasos para llegar hasta su futuro marido.
“Ya era hora”, se alegró su padre, que se deshizo del brazo de Sakura para entregárselo a Shaoran. Besó a su hija en la mejilla, quien reía por el comentario de su padre.
‘Me pregunto si a Tomoyo le gustaría que yo la llevara al altar’
Notas de le autora:
El capítulo más corto hasta ahora. Sólo seis páginas. Tampoco quería extenderme mucho. Todo el mundo sabe lo que ocurre en las bodas, así que no quería entretenerme explicando todos los detalles de la ceremonia. Eso no me interesa. Al fin y al cabo, es la historia de Touya y Tomoyo, no de Shaoran y Sakura, la que en este fic importa. Espero que eso no os haya molestado, pero en ningún momento fue mi intención profundizar tanto en SS. De hecho, he escrito demasiado sobre ellos... y de todas las otras parejas.
Llevo unas veinte mil palabras escritas... miles de las cuales no había planeado mecanografiar. Ya llevo alrededor de setenta y cinco páginas escritas, cuando los borradores de la historia entera no sobrepasan de las veintena. Os podéis imaginar lo que quiero decir... Y eso que, al principio, creí que me quedaría corta.
Tenía pensado escribir una historia que no superara las treinta páginas... pero nunca consigo cumplir con mis objetivos. ¿Debo considerar eso como algo positivo o no?
Sólo me quedan unas cosas por añadir:
1. Aquellos que no habéis dejado ningún review, aunque habéis leído todos los capítulos... Id hacia el final de la página y apretad el botoncito que dice: submit review, aunque sea sólo para decir Hola!. Lo poco que os pido...
2. Aquellos que dejáis reviews siempre (y me refiero a algunas personas en particular, espero que sepáis quienes sois), muchas gracias. Siempre que subo un capítulo espero impaciente vuestros reviews, porque me dan ánimos para seguir escribiendo.
3. Aquellos que habéis empezado a leer por este capítulo (no os culpo, yo a veces también lo hago cuando no estoy segura si la historia me va a gustar), volved atrás y leed el primer capítulo. Os aseguro que no os va a defraudar. A menos que esperéis otro tipo de tema. Entonces, lo siento.
4. Aquellos que no habéis leído mi historia (y, por tanto, no podéis estar leyendo esto, precisamente), espero que algún día lo hagáis y que sigáis alguna de las tres indicaciones anteriores.
La historia va avanzando con rapidez, o eso es lo que yo creo. Aunque aún estoy esperando que alguien se ofrezca para ser mi beta... Sobre todo para lo que vendrá a continuación, me gustaría que alguien me diera algunos consejillos y comentara si podría mejorar en algo...
Y lo bueno está a punto de llegar a su fin. Los capítulos siete y ocho están casi terminados, y sólo falta empezar con los dos últimos, que serán más cortos.
Espero ansiosa (muy ansiosa) vuestros (escasos, en cantidad, no en calidad... había que decirlo) comentarios,
Mery
PS: ¿HE DICHO YA QUE ME DEJÉIS ALGÚN REVIEW? - ; )
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