INESPERADO... Y PERFECTO (19.7.06)
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Capítulo 7: No puedo evitar enamorarme de ti
Y la fiesta había empezado...
Después de los ‘sí quiero’, los aplausos invadieron la sala mientras Sakura y Shaoran se besaban, por primera vez, como marido y mujer. El beso había sido suave y simple, pero podía notarse la pasión que guardaba en el fondo. La pasión de dos personas que se acababan de unir se por vida, y que tenían muchas ganas de celebrarlo.
Y así lo iban a hacer.
Todos los invitados se dirigieron sin prisas al restaurante, donde un gran comedor los esperaba para tomar un buen almuerzo. Mientras tanto, Sakura, Shaoran y la familia y los amigos más cercanos se habían congregado en los alrededores del templo para tomar algunas fotografías.
Ya hechas las fotos de grupo, el fotógrafo comunicó que la pareja iba a quedarse sola para poder inmortalizar a los recién casados. Sin que nadie lo repitiera, Sakura y Shaoran se despidieron de sus amigos.
Al llegar al restaurante, otra ronda de aplausos dio la bienvenida a los novios, que, cogidos de la mano, serpentearon entre las decenas de mesas que habían sido perfectamente preparadas hasta la mesa principal.
Los novios se sentaron en el centro de la alargada mesa que encaraba a las otras mesas. Al la derecha de Sakura, estaba su padre, Touya y Tomoyo, mientras que a la izquierda de Shaoran se habían sentado Yelan, Meiling y Eriol.
Las hermanas de Shaoran con sus maridos, acompañados de Yukito, Nakuru y Sonomi, además de Kero y Spinel, que se escondían bajo el mantel, sentados en los regazos de los otros dos guardianes.
Pronto los entremeses fueron servidos, y les siguieron un primero y un segundo, y para terminar, un postre a elegir o un sorbete. Los camareros habían informado que el pastel se cortaría a las cuatro de la tarde, ya que los novios habían pedido que nadie se quedara sin probarlo, y para ello, los estómagos de los invitados no podían estar llenos.
Durante el postre, la orquesta contratada por la pareja empezó a tocar música lenta, anunciando que en breves momentos los novios bailarían la primera pieza.
Cinco minutos más tarde, Shaoran sacaba a Sakura de la mano, para empezar a balancearse al son de la canción en medio de la pista de baile. Entre los dos no pasaba ni una gota de aire, de tan juntos que sus cuerpos estaban.
A la siguiente canción, se le unieron Tomoyo y Eriol, Fujitaka y Yelan, y Touya y Meiling.
Tomoyo y Eriol seguían siendo los mismos amigos de siempre. Mientras bailaban, recordaban las aventuras que habían vivido durante la caza de las cartas. Por sus mentes pasaban las imágenes de Shaoran y Sakura haciendo todo lo posible para transformarlas y convertirlas en Cartas Sakura.
“Hiciste cosas muy peligrosas, Eriol”
“Era lo que debía hacer. Las cartas tenían un nuevo dueño, así que debían tener un nuevo nombre”
La conversación fue agradable, pero pronto se cambió de tema. De hecho, Eriol había introducido, Tomoyo no sabía cómo, a Touya en su charla. Eriol seguía siendo tan observador como siempre, percatándose de los verdaderos sentimientos de sus amigos, como años atrás había ocurrido con los recién casados.
“Se te ve muy colgada por Touya”, le había dicho Eriol, guiando sus pasos por la sala.
“¿Se me nota tanto?”
“Sinceramente... lo escondes muy bien. Pero ya me conoces...”
“Lo sé”
“Y creo que debería repetirte que ‘no existen las coincidencias, sino lo inevitable’”
Tomoyo le miró con cara interrogante, pensando en cómo sonsacarle más información sobre lo que acababa de decir. ¿Significaría eso que estaba escrito en su destino que un día se enamoraría de Touya Kinomoto?
“¿Y eso que significa en ésta, mi complicada situación?”
“Lo descubrirás muy pronto... antes de lo que tu creías”
“Eriol, me estás poniendo muy nerviosa... Tanto enigma, tanto misterio...”
“Tomoyo, tus misterios se encuentran en tu corazón... y sólo tú puedes hallarlos”, se rió Eriol, abrazándola tiernamente. La canción había terminado, y había cambios de pareja.
“Me voy a buscar a Meiling... que, por cierto, estaba con Touya.”
“¿Tú y Meiling... cómo es eso?”, preguntó muy interesada.
“Inevitable...”
Tomoyo rió alegremente, viendo a Eriol ir hacia Meiling, quien lo recibió con un beso, acomodándose en los brazos de su novio y comenzando a moverse al ritmo de la música.
Wise men say, only fools rush in.
But I can't help falling in love with you
Shall I stay? Would it be a sin?
If I can't help falling in love with you
No se había movido del lugar en que Eriol la había dejado, cuando sintió dos brazos perdiéndose en su cintura y un cuerpo apretándose en su espalda. El cálido hálito de Touya rozó su oreja:
“Se te veía muy a gusto con Eriol...”
Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes, some things are meant to be
Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you
Girándose, sin apartar los brazos del hombre de su cuerpo, se encaró con él. Subió sus manos hasta ponerlas en sus hombros, y empezó a balancearse de un lado al otro, Touya acatando la silenciosa orden.
“Insisto que te mueves muy bien”, dijo Tomoyo, sus ojos cautivándolo.
“No soy yo... lo que importa es con quién bailas.”
“¿Así que sólo bailas bien si lo haces conmigo?”, cuestionó, sus dedos jugando con las puntas de su pelo.
“Mmm...”, murmuró. La nariz de Touya se extravió en su pelo, la fragancia a menta siempre presente en ella. Las manos de Touya habían decidido que era hora de pensar por ellas mismas, prefiriendo desviarse hacia el sur de su cintura... acariciando sus curvas con lentitud.
Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes, some things are meant to be
Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you
“Será un sacrificio de mi parte para que las demás mujeres no descubran tus escasas aptitudes de baile si me quedo aquí contigo...”
“Si a ti no te importa...”
“Entonces bailemos...”
Tomoyo recostó su cabeza en el pecho de Touya, oliendo el aroma que su impoluto esmoquin desprendía.
For I can't help falling in love with you
-----
Fujitaka había pedido al acompañante de Sonomi si le permitía bailar con ella esa pieza. El hombre accedió molesto, pues tenía mucho interés en conocer más a fondo a la enérgica empleada.
“La cara que ponías era indescriptible”
“Ese hombre se ha pasado los últimos años intentando que fusione mi empresa con la suya, y se cree que, al ser un invitado, podría conseguirlo. Yo no soy la responsable de su presencia aquí... Da la casualidad que uno de los departamentos tiene buenas relaciones laborales con las empresas Li... y lo han invitado... ¡Por mí que se vaya directo al in...!”
“Sonomi, cálmate... Ya te he salvado... Ahora baila conmigo”
“Sí...”, había dicho, aún asombrada por el descarado comportamiento de su anterior pareja de baile. Aunque ahora estaba en los brazos de un bailarín más apto, y en el que confiaba plenamente. “Esta canción me encanta...”
“Lo sé... Esa iba a ser mi ‘plan B’ si ese hombre no te soltaba”
“¿Qué ibas a hacer?”
“Pues decirle que esa era nuestra canción”
Sonomi se rió, recuperando la alegría que había irradiado todo el día.
“Me hubiera gustado la reacción a eso”
“Otro día”
“Perfecto”
Los dos bailaban bien sincronizados, gracias a las prácticas que habían tenido a lo largo de los últimos años...
Sonomi, sin embargo, se paró de repente.
“Mira eso, Taka”, le había pedido, señalando disimuladamente a una pareja que también parecía muy compenetrada en la pista de baile.
Las lágrimas se asomaron en los ojos de Sonomi, que veía feliz cómo su hija bailaba con Touya.
“Una canción muy apropiada”, declaró Fujitaka, reconociendo una de las canciones más famosas de Elvis Presley.
“Tengo una sensación muy extraña en el pecho...”, dijo Sonomi.
“¿Un ataque al corazón?”, bromeó el profesor, que se quejó al recibir un golpetazo de la mujer.
“Una corazonada, para ser más exactos... No soy tan vieja como tú, Fujitaka”
“¿Qué ha pasado con el ‘Taka’”
“¡Cállate!” Los ojos de Sonomi se abrieron de par en par al ver como Touya acariciaba sin pudor las curvas de Tomoyo. “Tu hijo es muy descarado”
Fujitaka no pudo contradecir el comentario de Sonomi, puesto que acababa de presenciar esa caricia.
“Nuestros hijos están enamorados, Sonomi”
“¿Cuánto tiempo crees que tendremos que esperar para preparar otra boda?”
“Te precipitas...”
“No lo creo.”, le interrumpió Sonomi.
“En ese caso... no mucho”
-----
Sakura y Shaoran se habían deshecho, al fin, de sus parejas de baile para volver a bailar juntos.
Sakura ya había compartido una canción con su padre, su hermano, Eriol, Yukito... y media sala, es decir, casi todos los hombres que había allí. A Shaoran le había ocurrido lo mismo. Después de su esposa, había bailado con su madre, Tomoyo, Meiling, todas y cada una de sus hermanas, Chiharu, Rika y Naoko, y, por poco, no había empezado a bailar con un más que alegre Yamazaki, que no dejaba de decir lo feliz que se sentía porque ‘los más despistados’ ya se habían casado.
“Buenas, forastero”, saludó con un beso en sus labios. La intención era que el beso fuera sencillo, pero Shaoran había extrañado a su esposa durante media tarde, así que, sin importarle para nada la gente que los miraba, abrazó a su mujer en sus robustos brazos, y la besó detenidamente, sin perderse ni uno de los rincones de su boca...
“Aquí hace mucho calor...”, había susurrado Sakura, muy afectada por las habilidades de la lengua de Shaoran... y otras partes que deberían de haber estado más escondidas en esos instantes.
“Podríamos irnos ya...”, suplicó Shaoran, acariciando el cuello de su esposa, para dipositar un tierno mordisco en él. Escuchó a Sakura emitir un leve gemido...
“Pero... ¿y el pastel?”
“Maldito pastel”, maldijo, mientras continuaba bailando con su esposa.
Sakura se rió. Ella también deseaba escaparse de la fiesta para poder disfrutar de su luna de miel. Esos pensamientos se esfumaron de su mente cuando vio lo que ocurría en la pista a diez metros de ellos.
“Parece que mi hermano y Tomoyo han solucionado su ‘asunto’”, le dijo a Shaoran, quien desvió su mirada de la puerta de madera hasta su cuñado.
“No me los puedo imaginar juntos...”
“¿Por qué no?”, preguntó Sakura muy extrañada. “A mi me encantaría si así fuera. Creo que Tomoyo ha sido una buena influencia para mi hermano... Te recuerdo que es gracias a ella que sigues vivo. Ella sabe mantenerlo a raya... Una sonrisa, unas palabras bien dichas, y lo tiene comiendo de su mano”
“¿Cómo tu haces conmigo?”, se burló su esposo.
“¿Eso es lo que hago?”
“¿Sí?”
“¿Y te molesta?”
“Para nada”
“¿De qué demonios te quejas entonces?... ¡Hombres!"
Los dos siguieron bailando, volcados en ellos mismos.
-----
Después de bailar durante largo rato, Touya se separó de Tomoyo y cogió su mano. La llevó hasta una de las tantas mesas vacías que había en el gran salón. Le señaló que se sentara.
“Ahora vuelvo”
Tomoyo vio como Touya se iba hacia la barra libre, donde se servían todo tipo de bebidas. Lo vio apoyarse en uno de los taburetes e inclinarse para hablar con uno de los camareros.
Mientras esperaba, Touya se dio la vuelta para mirar hacia Tomoyo. La descubrió con los ojos cerrados, aunque había notado su mirada en él segundos antes. Se veía hermosa en el vestido que Sakura había escogido, vestido que una vez más resaltaba sus curvas. Su busto pareciera que quería liberarse de la tela que lo envolvía.
La voz del camarero le interrumpió, y recibió dos copas de champán. Con sumo cuidado, empezó a dar lentos pasos alrededor de la pista de baile para no darse ningún golpe con los invitados más animados.
Se paró al lado de Tomoyo y le ofreció una de las copas. Entonces, Touya se sentó en la silla en la que Tomoyo había guardado para él.
Acercó la copa a sus labios mientras observaba a la gente bailar, pero enseguida la presencia de Tomoyo ocupó toda su atención. La vio sorber un poco de champán.
“¿Intentas emborracharme?”, dijo con fingida preocupación a la vez que lo miraba de reojo, con una sonrisa asomándose en sus labios.
“¿Cómo te has dado cuenta?”, preguntó Touya interesadamente. Sus brazos se apoyaron en sus piernas y aproximó su figura a la de Tomoyo.
“Te he estado observando”, contestó con una sonrisilla
“Lo sabía”, el tono serio de Touya hizo que a Tomoyo se le cortara la respiración. Los ojos de Touya la miraban fijamente, como si no quisiera perderse ningún detalle de ella, la mujer que le había robado el corazón.
Touya cogió una de las manos de Tomoyo y empezó a acariciarla, y se acercó la copa de champán a la boca. Tomó un pequeño sorbo y comentó:
“Mmm... delicioso”
Tomoyo quería preguntarle si se refería a la bebida o a su mano.
“¿El champán?”
“Puede”
Tomoyo se rió abiertamente. Meneó su cabeza de un lado al otro.
“Creo que el alcohol se me ha subido a la cabeza”, terminó diciendo en un suspiro.
“Apenas has bebido”, dijo Touya confundido.
“He tomado algunas copas a escondidas”, le confesó.
Touya se quedó mirándola de arriba abajo, observando lo bella que estaba con los ojos entrecerrados, su cabello revuelto después de bailar tanto reato, sus mejillas sonrosadas y sus labios húmedos por la bebida. Las manos de Tomoyo recorrieron su regazo hasta sus piernas cansadas, las cuales empezó a masajear. Touya volvió a su rostro y vio sus labios entreabiertos, esa lengua juguetona que sabía a miel, los ojos amatistas que le miraban fijamente.
Touya sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y escuchó su voz, nerviosa.
“Tenemos que hablar”
“Creía que ya lo estábamos haciendo”
Touya se arrepintió de haber hecho ese comentario, pues la mirada dolida de Tomoyo le fulminó. Tomoyo apartó la vista del hombre, y suspirando, dijo:
“Es todo tan confuso, Touya”
“Te entiendo”
Touya quiso sujetar las manos de Tomoyo, pero ella las retiró de su alcance.
“¿Me entiendes?” Tomoyo empezó a alzar la voz. “¿De verdad entiendes cómo me siento cada vez que te miro ? ¿Cada vez que estoy en la misma habitación en la que estás tú ?” Sin percatarse, lágrimas caían de sus ojos. “¿Sabías que sueño todas las malditas noches contigo? Sueño con que un día me confesarás que me amas tanto como yo te amo a ti. Sueño con que me besarás hasta dejarme sin aliento, que pasarás el resto de tu vida amándome y deseándome, día y noche, sin parar. Sueño con dar a luz a tus hijos... criarlos junto a ti y morir de vieja a tu lado, pero más enamorada que nunca” Tomoyo terminó su parlamento y tomó el aire. Después de una breve pausa, durante la cual se enjuagó las lágrimas que recorrían sus mejillas, Tomoyo miró a Touya. “Dime, Touya... dime si tú sientes lo mismo que yo. Dime si tu entiendes lo que yo siento desde hace demasiado tiempo”
A Touya se le contrajo el corazón al percibir la ansiedad que irradiaba el cuerpo de Tomoyo. En cambio, no pudo evitar que una sonrisa tomara sus labios. Cogió la copa de la mano de Tomoyo y la dejó sobre la mesa que tenían a sus espaldas. Agarró fuertemente las pequeñas manos y las puso sobre su regazo. Empezó a acariciarlas, queriendo que Tomoyo se tranquilizara. Las tomó y, sin importarle los ojos que los observaban, besó sus nudillos con infinita ternura. Sus labios seguían rozando su piel cuando Touya susurró:
“Te entiendo perfectamente”, alzó sus ojos para que estuvieran a la misma altura que las brillantes orbes amatistas, “porque yo siento lo mismo por ti. Te amo, Tomoyo.”
Y sin esperar un segundo, colocó sus grandes manos en sus mejillas y la besó.
Estaban sentados uno delante del otro, sus labios y lenguas unidos íntimamente, moviéndose sin control para saborear hasta el rincón más oculto de sus bocas.
Las manos de Touya estaban sumergidas en el mar de pelo de Tomoyo, el olor de su cabello emborrachándole más que la copa de champán, sus sentidos colapsados por ella. Tomoyo rodeaba con sus manos las muñecas de Touya, y estas iniciaron su recorrido hasta llegar a sus hombros. De ahí, una de sus manos se puso en su espalda, mientras la otra se detenía en su nuca, enredándose en su pelo corto.
Tomoyo se separó bruscamente, rompiendo el beso. No se lo pensó dos veces antes de levantarse de su silla y sentarse en las rodillas de Touya, juntando nuevamente sus labios, ahora hinchados, con los de él. Las manos de Touya abandonaron sus mejillas para colocarse en su cintura, acariciando por su esbelto cuello y sus sensibles costados.
Se encontraban tan inmersos en la calidez de sus besos que no escucharon al cantante de la orquestra dirigirse a los invitados.
“Y ahora, señoras y señores, deseemos una feliz luna de miel a los recién casados”
Notas de le autora:
¡Qué bonito, qué bonito, qué bonito!
No puedo dejar de cantar de la alegría que siento. Al fin se han declarado... mira que les ha costado...
Y la pregunta es...
¿Qué pasará después?
Pues pronto lo sabréis, pues mañana subiré el capítulo nueve...
Y os adjunto la traducción de la letra:
No puedo evitar enamorarme de ti
(I can’t help falling in love with you, Elvis Presley)
Los hombres sabios dicen que sólo los tontos se enamoran
Pero yo no puedo evitar enamorarme de ti
¿Me quedaré? ¿O sería un pecado?
Si no puedo evitar enamorarme de ti
Como un río que fluye seguro hasta el mar
Cariño así siguen, algunas cosas están ya escritas
Coge mi mano, toma mi vida entera también
Porque no puedo evitar enamorarme de ti
Como un río que fluye seguro hasta el mar
Cariño así siguen, algunas cosas están ya escritas
Coge mi mano, toma mi vida entera también
Porque no puedo evitar enamorarme de ti
¿Me falta algo que añadir?
REVIEW, REVIEW...
Mery
Disclaimer: Card Captor Sakura pertenece a Clamp.
Capítulo 7: No puedo evitar enamorarme de ti
Y la fiesta había empezado...
Después de los ‘sí quiero’, los aplausos invadieron la sala mientras Sakura y Shaoran se besaban, por primera vez, como marido y mujer. El beso había sido suave y simple, pero podía notarse la pasión que guardaba en el fondo. La pasión de dos personas que se acababan de unir se por vida, y que tenían muchas ganas de celebrarlo.
Y así lo iban a hacer.
Todos los invitados se dirigieron sin prisas al restaurante, donde un gran comedor los esperaba para tomar un buen almuerzo. Mientras tanto, Sakura, Shaoran y la familia y los amigos más cercanos se habían congregado en los alrededores del templo para tomar algunas fotografías.
Ya hechas las fotos de grupo, el fotógrafo comunicó que la pareja iba a quedarse sola para poder inmortalizar a los recién casados. Sin que nadie lo repitiera, Sakura y Shaoran se despidieron de sus amigos.
Al llegar al restaurante, otra ronda de aplausos dio la bienvenida a los novios, que, cogidos de la mano, serpentearon entre las decenas de mesas que habían sido perfectamente preparadas hasta la mesa principal.
Los novios se sentaron en el centro de la alargada mesa que encaraba a las otras mesas. Al la derecha de Sakura, estaba su padre, Touya y Tomoyo, mientras que a la izquierda de Shaoran se habían sentado Yelan, Meiling y Eriol.
Las hermanas de Shaoran con sus maridos, acompañados de Yukito, Nakuru y Sonomi, además de Kero y Spinel, que se escondían bajo el mantel, sentados en los regazos de los otros dos guardianes.
Pronto los entremeses fueron servidos, y les siguieron un primero y un segundo, y para terminar, un postre a elegir o un sorbete. Los camareros habían informado que el pastel se cortaría a las cuatro de la tarde, ya que los novios habían pedido que nadie se quedara sin probarlo, y para ello, los estómagos de los invitados no podían estar llenos.
Durante el postre, la orquesta contratada por la pareja empezó a tocar música lenta, anunciando que en breves momentos los novios bailarían la primera pieza.
Cinco minutos más tarde, Shaoran sacaba a Sakura de la mano, para empezar a balancearse al son de la canción en medio de la pista de baile. Entre los dos no pasaba ni una gota de aire, de tan juntos que sus cuerpos estaban.
A la siguiente canción, se le unieron Tomoyo y Eriol, Fujitaka y Yelan, y Touya y Meiling.
Tomoyo y Eriol seguían siendo los mismos amigos de siempre. Mientras bailaban, recordaban las aventuras que habían vivido durante la caza de las cartas. Por sus mentes pasaban las imágenes de Shaoran y Sakura haciendo todo lo posible para transformarlas y convertirlas en Cartas Sakura.
“Hiciste cosas muy peligrosas, Eriol”
“Era lo que debía hacer. Las cartas tenían un nuevo dueño, así que debían tener un nuevo nombre”
La conversación fue agradable, pero pronto se cambió de tema. De hecho, Eriol había introducido, Tomoyo no sabía cómo, a Touya en su charla. Eriol seguía siendo tan observador como siempre, percatándose de los verdaderos sentimientos de sus amigos, como años atrás había ocurrido con los recién casados.
“Se te ve muy colgada por Touya”, le había dicho Eriol, guiando sus pasos por la sala.
“¿Se me nota tanto?”
“Sinceramente... lo escondes muy bien. Pero ya me conoces...”
“Lo sé”
“Y creo que debería repetirte que ‘no existen las coincidencias, sino lo inevitable’”
Tomoyo le miró con cara interrogante, pensando en cómo sonsacarle más información sobre lo que acababa de decir. ¿Significaría eso que estaba escrito en su destino que un día se enamoraría de Touya Kinomoto?
“¿Y eso que significa en ésta, mi complicada situación?”
“Lo descubrirás muy pronto... antes de lo que tu creías”
“Eriol, me estás poniendo muy nerviosa... Tanto enigma, tanto misterio...”
“Tomoyo, tus misterios se encuentran en tu corazón... y sólo tú puedes hallarlos”, se rió Eriol, abrazándola tiernamente. La canción había terminado, y había cambios de pareja.
“Me voy a buscar a Meiling... que, por cierto, estaba con Touya.”
“¿Tú y Meiling... cómo es eso?”, preguntó muy interesada.
“Inevitable...”
Tomoyo rió alegremente, viendo a Eriol ir hacia Meiling, quien lo recibió con un beso, acomodándose en los brazos de su novio y comenzando a moverse al ritmo de la música.
Wise men say, only fools rush in.
But I can't help falling in love with you
Shall I stay? Would it be a sin?
If I can't help falling in love with you
No se había movido del lugar en que Eriol la había dejado, cuando sintió dos brazos perdiéndose en su cintura y un cuerpo apretándose en su espalda. El cálido hálito de Touya rozó su oreja:
“Se te veía muy a gusto con Eriol...”
Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes, some things are meant to be
Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you
Girándose, sin apartar los brazos del hombre de su cuerpo, se encaró con él. Subió sus manos hasta ponerlas en sus hombros, y empezó a balancearse de un lado al otro, Touya acatando la silenciosa orden.
“Insisto que te mueves muy bien”, dijo Tomoyo, sus ojos cautivándolo.
“No soy yo... lo que importa es con quién bailas.”
“¿Así que sólo bailas bien si lo haces conmigo?”, cuestionó, sus dedos jugando con las puntas de su pelo.
“Mmm...”, murmuró. La nariz de Touya se extravió en su pelo, la fragancia a menta siempre presente en ella. Las manos de Touya habían decidido que era hora de pensar por ellas mismas, prefiriendo desviarse hacia el sur de su cintura... acariciando sus curvas con lentitud.
Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes, some things are meant to be
Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you
“Será un sacrificio de mi parte para que las demás mujeres no descubran tus escasas aptitudes de baile si me quedo aquí contigo...”
“Si a ti no te importa...”
“Entonces bailemos...”
Tomoyo recostó su cabeza en el pecho de Touya, oliendo el aroma que su impoluto esmoquin desprendía.
For I can't help falling in love with you
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Fujitaka había pedido al acompañante de Sonomi si le permitía bailar con ella esa pieza. El hombre accedió molesto, pues tenía mucho interés en conocer más a fondo a la enérgica empleada.
“La cara que ponías era indescriptible”
“Ese hombre se ha pasado los últimos años intentando que fusione mi empresa con la suya, y se cree que, al ser un invitado, podría conseguirlo. Yo no soy la responsable de su presencia aquí... Da la casualidad que uno de los departamentos tiene buenas relaciones laborales con las empresas Li... y lo han invitado... ¡Por mí que se vaya directo al in...!”
“Sonomi, cálmate... Ya te he salvado... Ahora baila conmigo”
“Sí...”, había dicho, aún asombrada por el descarado comportamiento de su anterior pareja de baile. Aunque ahora estaba en los brazos de un bailarín más apto, y en el que confiaba plenamente. “Esta canción me encanta...”
“Lo sé... Esa iba a ser mi ‘plan B’ si ese hombre no te soltaba”
“¿Qué ibas a hacer?”
“Pues decirle que esa era nuestra canción”
Sonomi se rió, recuperando la alegría que había irradiado todo el día.
“Me hubiera gustado la reacción a eso”
“Otro día”
“Perfecto”
Los dos bailaban bien sincronizados, gracias a las prácticas que habían tenido a lo largo de los últimos años...
Sonomi, sin embargo, se paró de repente.
“Mira eso, Taka”, le había pedido, señalando disimuladamente a una pareja que también parecía muy compenetrada en la pista de baile.
Las lágrimas se asomaron en los ojos de Sonomi, que veía feliz cómo su hija bailaba con Touya.
“Una canción muy apropiada”, declaró Fujitaka, reconociendo una de las canciones más famosas de Elvis Presley.
“Tengo una sensación muy extraña en el pecho...”, dijo Sonomi.
“¿Un ataque al corazón?”, bromeó el profesor, que se quejó al recibir un golpetazo de la mujer.
“Una corazonada, para ser más exactos... No soy tan vieja como tú, Fujitaka”
“¿Qué ha pasado con el ‘Taka’”
“¡Cállate!” Los ojos de Sonomi se abrieron de par en par al ver como Touya acariciaba sin pudor las curvas de Tomoyo. “Tu hijo es muy descarado”
Fujitaka no pudo contradecir el comentario de Sonomi, puesto que acababa de presenciar esa caricia.
“Nuestros hijos están enamorados, Sonomi”
“¿Cuánto tiempo crees que tendremos que esperar para preparar otra boda?”
“Te precipitas...”
“No lo creo.”, le interrumpió Sonomi.
“En ese caso... no mucho”
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Sakura y Shaoran se habían deshecho, al fin, de sus parejas de baile para volver a bailar juntos.
Sakura ya había compartido una canción con su padre, su hermano, Eriol, Yukito... y media sala, es decir, casi todos los hombres que había allí. A Shaoran le había ocurrido lo mismo. Después de su esposa, había bailado con su madre, Tomoyo, Meiling, todas y cada una de sus hermanas, Chiharu, Rika y Naoko, y, por poco, no había empezado a bailar con un más que alegre Yamazaki, que no dejaba de decir lo feliz que se sentía porque ‘los más despistados’ ya se habían casado.
“Buenas, forastero”, saludó con un beso en sus labios. La intención era que el beso fuera sencillo, pero Shaoran había extrañado a su esposa durante media tarde, así que, sin importarle para nada la gente que los miraba, abrazó a su mujer en sus robustos brazos, y la besó detenidamente, sin perderse ni uno de los rincones de su boca...
“Aquí hace mucho calor...”, había susurrado Sakura, muy afectada por las habilidades de la lengua de Shaoran... y otras partes que deberían de haber estado más escondidas en esos instantes.
“Podríamos irnos ya...”, suplicó Shaoran, acariciando el cuello de su esposa, para dipositar un tierno mordisco en él. Escuchó a Sakura emitir un leve gemido...
“Pero... ¿y el pastel?”
“Maldito pastel”, maldijo, mientras continuaba bailando con su esposa.
Sakura se rió. Ella también deseaba escaparse de la fiesta para poder disfrutar de su luna de miel. Esos pensamientos se esfumaron de su mente cuando vio lo que ocurría en la pista a diez metros de ellos.
“Parece que mi hermano y Tomoyo han solucionado su ‘asunto’”, le dijo a Shaoran, quien desvió su mirada de la puerta de madera hasta su cuñado.
“No me los puedo imaginar juntos...”
“¿Por qué no?”, preguntó Sakura muy extrañada. “A mi me encantaría si así fuera. Creo que Tomoyo ha sido una buena influencia para mi hermano... Te recuerdo que es gracias a ella que sigues vivo. Ella sabe mantenerlo a raya... Una sonrisa, unas palabras bien dichas, y lo tiene comiendo de su mano”
“¿Cómo tu haces conmigo?”, se burló su esposo.
“¿Eso es lo que hago?”
“¿Sí?”
“¿Y te molesta?”
“Para nada”
“¿De qué demonios te quejas entonces?... ¡Hombres!"
Los dos siguieron bailando, volcados en ellos mismos.
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Después de bailar durante largo rato, Touya se separó de Tomoyo y cogió su mano. La llevó hasta una de las tantas mesas vacías que había en el gran salón. Le señaló que se sentara.
“Ahora vuelvo”
Tomoyo vio como Touya se iba hacia la barra libre, donde se servían todo tipo de bebidas. Lo vio apoyarse en uno de los taburetes e inclinarse para hablar con uno de los camareros.
Mientras esperaba, Touya se dio la vuelta para mirar hacia Tomoyo. La descubrió con los ojos cerrados, aunque había notado su mirada en él segundos antes. Se veía hermosa en el vestido que Sakura había escogido, vestido que una vez más resaltaba sus curvas. Su busto pareciera que quería liberarse de la tela que lo envolvía.
La voz del camarero le interrumpió, y recibió dos copas de champán. Con sumo cuidado, empezó a dar lentos pasos alrededor de la pista de baile para no darse ningún golpe con los invitados más animados.
Se paró al lado de Tomoyo y le ofreció una de las copas. Entonces, Touya se sentó en la silla en la que Tomoyo había guardado para él.
Acercó la copa a sus labios mientras observaba a la gente bailar, pero enseguida la presencia de Tomoyo ocupó toda su atención. La vio sorber un poco de champán.
“¿Intentas emborracharme?”, dijo con fingida preocupación a la vez que lo miraba de reojo, con una sonrisa asomándose en sus labios.
“¿Cómo te has dado cuenta?”, preguntó Touya interesadamente. Sus brazos se apoyaron en sus piernas y aproximó su figura a la de Tomoyo.
“Te he estado observando”, contestó con una sonrisilla
“Lo sabía”, el tono serio de Touya hizo que a Tomoyo se le cortara la respiración. Los ojos de Touya la miraban fijamente, como si no quisiera perderse ningún detalle de ella, la mujer que le había robado el corazón.
Touya cogió una de las manos de Tomoyo y empezó a acariciarla, y se acercó la copa de champán a la boca. Tomó un pequeño sorbo y comentó:
“Mmm... delicioso”
Tomoyo quería preguntarle si se refería a la bebida o a su mano.
“¿El champán?”
“Puede”
Tomoyo se rió abiertamente. Meneó su cabeza de un lado al otro.
“Creo que el alcohol se me ha subido a la cabeza”, terminó diciendo en un suspiro.
“Apenas has bebido”, dijo Touya confundido.
“He tomado algunas copas a escondidas”, le confesó.
Touya se quedó mirándola de arriba abajo, observando lo bella que estaba con los ojos entrecerrados, su cabello revuelto después de bailar tanto reato, sus mejillas sonrosadas y sus labios húmedos por la bebida. Las manos de Tomoyo recorrieron su regazo hasta sus piernas cansadas, las cuales empezó a masajear. Touya volvió a su rostro y vio sus labios entreabiertos, esa lengua juguetona que sabía a miel, los ojos amatistas que le miraban fijamente.
Touya sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo y escuchó su voz, nerviosa.
“Tenemos que hablar”
“Creía que ya lo estábamos haciendo”
Touya se arrepintió de haber hecho ese comentario, pues la mirada dolida de Tomoyo le fulminó. Tomoyo apartó la vista del hombre, y suspirando, dijo:
“Es todo tan confuso, Touya”
“Te entiendo”
Touya quiso sujetar las manos de Tomoyo, pero ella las retiró de su alcance.
“¿Me entiendes?” Tomoyo empezó a alzar la voz. “¿De verdad entiendes cómo me siento cada vez que te miro ? ¿Cada vez que estoy en la misma habitación en la que estás tú ?” Sin percatarse, lágrimas caían de sus ojos. “¿Sabías que sueño todas las malditas noches contigo? Sueño con que un día me confesarás que me amas tanto como yo te amo a ti. Sueño con que me besarás hasta dejarme sin aliento, que pasarás el resto de tu vida amándome y deseándome, día y noche, sin parar. Sueño con dar a luz a tus hijos... criarlos junto a ti y morir de vieja a tu lado, pero más enamorada que nunca” Tomoyo terminó su parlamento y tomó el aire. Después de una breve pausa, durante la cual se enjuagó las lágrimas que recorrían sus mejillas, Tomoyo miró a Touya. “Dime, Touya... dime si tú sientes lo mismo que yo. Dime si tu entiendes lo que yo siento desde hace demasiado tiempo”
A Touya se le contrajo el corazón al percibir la ansiedad que irradiaba el cuerpo de Tomoyo. En cambio, no pudo evitar que una sonrisa tomara sus labios. Cogió la copa de la mano de Tomoyo y la dejó sobre la mesa que tenían a sus espaldas. Agarró fuertemente las pequeñas manos y las puso sobre su regazo. Empezó a acariciarlas, queriendo que Tomoyo se tranquilizara. Las tomó y, sin importarle los ojos que los observaban, besó sus nudillos con infinita ternura. Sus labios seguían rozando su piel cuando Touya susurró:
“Te entiendo perfectamente”, alzó sus ojos para que estuvieran a la misma altura que las brillantes orbes amatistas, “porque yo siento lo mismo por ti. Te amo, Tomoyo.”
Y sin esperar un segundo, colocó sus grandes manos en sus mejillas y la besó.
Estaban sentados uno delante del otro, sus labios y lenguas unidos íntimamente, moviéndose sin control para saborear hasta el rincón más oculto de sus bocas.
Las manos de Touya estaban sumergidas en el mar de pelo de Tomoyo, el olor de su cabello emborrachándole más que la copa de champán, sus sentidos colapsados por ella. Tomoyo rodeaba con sus manos las muñecas de Touya, y estas iniciaron su recorrido hasta llegar a sus hombros. De ahí, una de sus manos se puso en su espalda, mientras la otra se detenía en su nuca, enredándose en su pelo corto.
Tomoyo se separó bruscamente, rompiendo el beso. No se lo pensó dos veces antes de levantarse de su silla y sentarse en las rodillas de Touya, juntando nuevamente sus labios, ahora hinchados, con los de él. Las manos de Touya abandonaron sus mejillas para colocarse en su cintura, acariciando por su esbelto cuello y sus sensibles costados.
Se encontraban tan inmersos en la calidez de sus besos que no escucharon al cantante de la orquestra dirigirse a los invitados.
“Y ahora, señoras y señores, deseemos una feliz luna de miel a los recién casados”
Notas de le autora:
¡Qué bonito, qué bonito, qué bonito!
No puedo dejar de cantar de la alegría que siento. Al fin se han declarado... mira que les ha costado...
Y la pregunta es...
¿Qué pasará después?
Pues pronto lo sabréis, pues mañana subiré el capítulo nueve...
Y os adjunto la traducción de la letra:
No puedo evitar enamorarme de ti
(I can’t help falling in love with you, Elvis Presley)
Los hombres sabios dicen que sólo los tontos se enamoran
Pero yo no puedo evitar enamorarme de ti
¿Me quedaré? ¿O sería un pecado?
Si no puedo evitar enamorarme de ti
Como un río que fluye seguro hasta el mar
Cariño así siguen, algunas cosas están ya escritas
Coge mi mano, toma mi vida entera también
Porque no puedo evitar enamorarme de ti
Como un río que fluye seguro hasta el mar
Cariño así siguen, algunas cosas están ya escritas
Coge mi mano, toma mi vida entera también
Porque no puedo evitar enamorarme de ti
¿Me falta algo que añadir?
REVIEW, REVIEW...
Mery
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